La cumbre del Rocigalgo alcanza los 1.449 metros de altitud, lo que le convierte en el “techo” de la provincia de Toledo y del Parque Nacional de Cabañeros.

Las hermosas vistas que se consiguen desde su cima es suficiente motivo para hacerle una visita. Pero es que, además, la ruta que conduce a su cumbre es uno de los parajes más espectaculares y valiosos de los Montes de Toledo tanto por las curiosas formas geológicas que hay en el camino como por el bello robledal que cubre el valle y que pinta de colores otoñales sus laderas.

¿Cómo llegar a Pico Rocigalgo?

Siguiendo la carretera CM-4155 desde el pequeño pueblo de Navalucillos en dirección a Robledo del Buey, encontraremos a unos doce kilómetros del primero una pista de tierra a la izquierda que baja al río Pusa.

Tomando esta pista llegaremos primero al área recreativa de las Becerras, y tres kilómetros después a un aparcamiento con una caseta de información del Parque Nacional de Cabañeros.

Comenzamos a andar por la cómoda pista que poco a poco, y sin demasiadas fatigas, comienza a subir, penetrando en el frondoso valle del Chorro con el arroyo de la Arañosa o del Chorro, primero a nuestra izquierda y después a nuestra derecha. La pista finaliza y se convierte en sendero.

Unos postes indicadores señalan la dirección a seguir para dirigirse hacia el Rocigalgo y las chorreras de los Navalucillos.

El sendero comienza ascendiendo una rampa equipada con peldaños de madera. Aproximadamente un kilómetro después encontramos una bifurcación bien señalizada. El sendero de la derecha se dirige al Chorro, al que se llega en tres minutos. El otro conduce a la Chorrera Chica y al Rocigalgo.

A lo largo de este tramo encontraremos varios balcones que invitan a contemplar este valle tan cautivador y que no defraudarán a los excusionistas que busquen tranquilidad. No será difícil avistar algún venado, muy abundante en la zona gracias a la proximidad del Parque Nacional.

¿Cómo comenzar a subir el Pico Rocigalgo?

Aproximadamente a los cinco kilómetros del comienzo encontraremos El Chorro, una espectacular cascada muy encajonada. Tenemos por delante el pintoresco paraje llamado acertadamente Las Cornisas.

Se trata de un farallón rocoso que se supera por una faja aérea que impresiona un poco, pero que es menos peligrosa de lo que parece en un primer momento.

Aun así, los tramos más delicados están equipados con una cadena quita miedos, que es de agradecer cuando las rocas están húmedas por lluvia o nieblas, un fenómeno que curiosamente es bastante frecuente.

Un kilómetro y medio más adelante encontraremos un sendero que nace a la derecha y se dirige a la Chorrera chica distante a solo cinco minutos. Un pequeño balcón de madera nos permite contemplar esta pequeña pero bella cascada bien de cerca.

Regresamos al sendero principal para continuar hacia el Rocigalgo. El camino sigue subiendo y, sin darnos cuenta, nos sumergimos en un robledal tan tupido que, en otoño, a veces es difícil seguir la senda por quedar ésta cubierta por la hojarasca y los helechos, lo que hace evidente que la senda es poco transitada. El camino sale del bosque a terreno despejado antes de llegar al collado del Chorro donde hay que girar a la izquierda para subir por el cordal hacia la cima ya cercana.

La cima del Rocigalgo es tan amplia y despejada que no es fácil saber en qué momento exacto estamos en lo más alto de la provincia de Toledo. Las crestas de cuarcita que hay a nuestro alrededor y que dan la sensación de estar a más altura tampoco ayuda.

Un gran cúmulo de piedras también puede hacernos creer que ya hemos terminado, pero el vértice geodésico que corona la cumbre está un poco más allá, colocado sobre un pequeño altar natural.

Desde lo alto del Rocigalgo, en los días claros tendremos una fantástica panorámica hacia el sur de todo el Parque Nacional de Cabañeros y hacia el norte podremos ver en la lejanía todo la vega del Tajo al igual que parte de la Sierra de Gredos.

Para la vuelta, según estén nuestras piernas, podemos simplemente desandar el camino de ida o volver por todo el cordal del oeste hasta llegar al aparcamiento donde iniciamos la ruta.

Guía práctica

Situación: suroeste de la provincia de Toledo.

Localidad de referencia: Navalucillos.

Tiempo: entre 6 y 8 horas ida y vuelta

Dificultad: media.

Distancia: 18 km ida y vuelta

Desnivel: 700 m.

Observaciones: en tiempo húmedo hay que extremar la precaución en Las Cornisas

 
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