¿Podemos ir a la montaña con niños? por supuesto que sí, no sólo podemos ir sino que DEBEMOS ir, aunque eso sí, teniendo en cuenta de que tanto la actividad como los objetivos deben estar especialmente dirigidos a los menores.

 

Desde el punto de vista de la seguridad y la educación para la seguridad hay varios aspectos que debemos tener en cuenta a la hora de planificar y realizar una actividad senderista o de montaña con menores.  Vamos a refrescarlos porque seguro que todos lo tenemos en la cabeza.

 

Os dejamos estos consejos que están pensados para aquéllas actividades con niños que sean medianamente autónomo. Bebés y niños muy pequeños deberán ser porteados y por ello tienen sus “consejos especiales”.

 

 

Planificando la actividad:

 

 

  1. Escoge la actividad teniendo en cuenta la edad, experiencia en caminar y motivación de los menores que te acompañan
  2. Haz tus cálculos de distancias, desniveles y horarios habituales. Añade un amplio margen de tiempo para paradas y descansos extras. Recuerda que para los pequeños la excursión es el mismo camino, no el destino
  3. Intenta escoger rutas interesantes para los pequeños: agua, bosques, leyendas, animales…no fallan. Evita las rutas monótonas o de alta montaña salvo cuando ya tengan bastante rodaje
  4. Prepara un plan alternativo, o sobretodo contempla la posibilidad de quedarte a mitad de camino sin que ello suponga un problema para nadie
  5. Asegúrate de salir con una buena previsión meteorológica. Los pequeños son más vulnerables que nosotros a las condiciones extremas (tanto de frío como de calor). No les hagas pasar un mal rato, la montaña no se moverá del lugar en el que está, pero es importante que ellos disfruten y quieran volver
  6. Deja dicho dónde vas y cuando tienes previsto regresar. Estate especialmente atento a que alguien esté pendiente de vuestro regreso
  7. Implica a los pequeños en cada paso que hagas: a partir de cierta edad ellos son perfectamente capaces de comprender el proceso de planifiación, implícales en el mismo consultando con ellos la meteo, mirando en el mapa la ruta que vais a hacer, preguntándole por las ganas que tiene…si queremos que además de caminar hoy el día de mañana caminen por su cuenta nos conviene que desde ahora mismo aprendan a preparar una excursión de manera segura.

 

 

 

 

 

Equipando nuestras mochilas:

 

  1. ¡Al monte todos con mochila! enséñales en que cada uno debemos llevar nuestro material, y si son muy pequeños o les pesa mucho no dudes en descargarles parte del peso, pero no tanto como para que vayan sin nada. Por poco que lleven serán responsables de ello
  2. Vístete y viste a los pequeños adecuadamente: ropa de abrigo, calzado de montaña, cortavientos, gorra y protección solar no pueden faltar. ¡No olvides que ellos crecen muy rápido! asegúrate de que las botas y la ropa le van bien
  3. Si vais a la media montaña ten previsto un extra de ropa para los menores, incluso gorro y guantes, para cualquier cambio de condiciones meteorológicas imprevisto. Los pequeños son más vulnerables a las temperaturas extremas, y el frío es muy desmoralizador: que no te sorprenda sin recursos
  4.  Como siempre, añade mapa, brújula, GPS si lo tienes y botiquín a tu mochila. Si tus pequeños acompañantes ya tienen cierta autonomía puedes delegar en ellos la responsabilidad de llevar parte de este material (por ejemplo, el mapa, que pesa poco), así conseguirás que se impliquen más y se dejen llevar menos…
  5. Teléfono móvil con la batería cargada y cargador adicional no puede faltar. Si es posible, averigua antes si en la zona por la que te vas a mover habrá cobertura o cuáles son los lugares más cercanos desde los que dar un aviso, así si os sucede algo sabrás cómo actuar en ese sentido.
  6. Añade agua y comida, como siempre, pero valora que ésta sea “reponedora” y que la podáis comer cada poco tiempo, si es necesario. Déjate a mano algo para picar. No confíes en las fuentes: ni en encontrarlas donde dicen los mapas que están ni en que su agua sea de buena calidad
  7. Prepara la mochila y la ropa el día anterior, déjalo todo listo, así por la mañana tendrás menos cosas en las que pensar y os moveréis más rápido
  8. Que no te “pese” llenar un poco más tu mochila: cuadernos para guardar hojas, lupas y cazamariposas, prismáticos, guías de interpretación de la naturaleza…

 

 

Actuando con prudencia y para educar:

 

  1. Madruga: enseñarás con ello que a la montaña hay que ir pronto, caminarás con menos calor y te darás un tiempo de maniobra extra si la actividad se alarga o sufrís un imprevisto.
  2. Asegúrate cada poco tiempo que los pequeños van bien y disfrutando. Si el ánimo decae busca la manera de recuperarlo, pero evita continuar una marcha si los pequeños no quieren. Si el cansancio hace mella acorta la excursión
  3. No dividas al grupo aunque una parte del mismo no quiera seguir: si el objetivo era estar todos juntos, aunque sea a 10 minutos del coche, manteneos todos juntos. Con ello también aprenderán que si tienen un mal día y no tienen ganas de caminar (¡eso nos pasa a todos!) eso no supone un problema. Que vean que lo más importante es disfrutar juntos
  4. Permanece atento a los cambios meteorológicos previstos o imprevistos y actúa con rapidez si te sorprenden para asegurarte de que no supondrán un problema para los pequeños.
  5. No te pongas nervioso si no cumples el plan inicial o los horarios que habías calculado: la vida con niños es así, ¡ya sabes que si te haces planes ellos te los deshacen!
  6. Haz cuantas paradas quieran hacer los pequeños, sea por el motivo que sea (una rama, una piedra, una hormiga, una sombra…). Deja que ellos encuentren sus propias motivaciones en el día de excursión
  7. Toma las decisiones contando con su opinión y participación: así le estarás enseñando a razonar y entender el por qué de las decisiones que se toman en grupo, que siempre son para el bien y la seguridad del grupo.
  8. Asegúrate de  que el grupo lleva una buena ratio de adultos/menores, es normal que los peques te estén reclamando contínuamente para contarte sus descubirmientos o incluso para recordarte que se están aburriendo, así que asegúrate de que vas a poder atenderles bien.

 

Si queremos montañeros seguros mañana los tendremos que empezar a educar hoy. ¡No dejes pasar ninguna oportunidad para hacerles disfrutar de la montaña de manera segura y aprendiendo!

 
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