La llegada de la grulla común a Castilla-La Mancha se convierte en un espectáculo, en estos meses de invierno, donde es irresistible acercarse para disfrutar de estas grandes aves migratorias.

La llegada de la grulla común a Castilla-La Mancha, una de las regiones de la península ibérica que acoge a miles que llegan para pasar el periodo invernal, se ha convertido en los últimos años en uno de los grandes atractivos del turismo de naturaleza.

Esta especie tiene un compartimiento durante el cortejo, “algo que no se puede disfrutar en España puesto que aquí no cría, pero cuya singularidad, plagado de danzas y juegos hacia su pareja, se dice que ha llegado a inspirar las danzas ceremoniales de algunas civilizaciones”.

Para llegar a España utilizan la ruta migratoria denominada occidental, que les lleva a cruzar Alemania y Francia durante los meses de octubre y noviembre, para regresar a sus zonas de cría entre mediados de febrero y marzo.

En estos largos viajes recorren más de 4.000 kilómetros y, en ocasiones en sus desplazamientos llegan a alcanzar hasta los 9.000 metros de altitud, esto se puede disfrutar desde el Parque Nacional de Cabañeros.

Las grullas resultan “fascinantes” para los amantes de la fotografía de naturaleza. Su gran tamaño, algo más de un metro de altura, su plumaje gris ceniza y una destacada mancha occipital roja la convierten en “codiciado tesoro” para estos fotógrafos.

El Parque Nacional de Cabañeros tras el invierno los arboles y Matorrales del bosque mediterráneo pierden sus bayas y frutos, como el Espino, el Madroño, o las Zarzas, siendo estos la despensa y alimento para multitud de animales del bosque, como los roedores, pájaros frugívoros y en el caso de las bellotas de la Encina, especialmente el Jabalí, el Ciervo y las Grullas.

las primeras semanas de Febrero la mayoría de las plantas dejan aparecer tímidamente algunos brotes y comienzan a engordar las yemas para la llegada del ciclo primaveral, los días se van alargando lentamente y las temperaturas van cambiando y ascendiendo lentamente aunque se pueden ver afectados con las posibles e inesperadas heladas.

Es en estos días de invierno es cuando es posible observar prismático en mano a multitud de especies de aves invernantes que comparte el lugar con especies sedentarias. Entre las rapaces destacan el Águila Imperial y el Águila Real a las cuales se les añaden en estos meses el Aguilucho Pálido y el Esmerejón.

Es habitual encontrar Buitres Leonados y el Buitre Negro sobrevolando la zona, especie que tiene en este parque uno de los lugares de cría más importantes del mundo. Otras aves que posiblemente podremos ver durante nuestra visita, son el Martín Pescador pescando en los arroyos y cortados de parajes como el “Boquerón del rio de Estena”, igualmente Garzas Reales.

Destacan también por su importancia el número de Grulla Común, que todos los años vienen del lejano norte de Europa, y se reúnen en dormideros con grupos de miles de ejemplares, en las zonas semi-inundadas del Embalse de Torre de Abraham alimentándose en las llanuras cultivadas cercana a Pueblonuevo del Bullaque, y la Rañas centrales del parque.

En los últimos días invernales del mes de Febrero se concentran en el Parque Nacional de Cabañeros para preparar su inminente viaje al norte Europeo.

La estación invernal en Cabañeros es sin lugar a dudas uno de los paisajes más espectaculares de estas tierras manchegas. Unos paisajes invernales, con sierras nevadas, arroyos y saltos de agua con espectaculares caudales que nos trasladan en ocasiones a paisajes del norte de Europa, pero que podemos disfrutar en el interior peninsular, en estos Montes de Toledo entre las provincias de Ciudad Real y Toledo.

¡No te pierdas de contemplar la grulla común a Castilla-La Mancha!

 
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